Más allá del diseño y puesta en práctica de aquellas actuaciones dirigidas a potenciar el desarrollo evolutivo del niño, en todos los aspectos relativos a la adquisición de capacidades básicas que serán fundamentales para el desempeño pleno de su vida adulta , es esencial acompañar todo este proceso con el fomento de la propia autoestima del niño.
La autoestima se basa en la percepción que tenemos hacia nosotros mismos, y que viene determinada principalmente por nuestras experiencias y aprendizajes durante las primeras etapas de nuestra vida, influyendo, de forma decisiva, tanto en la imagen que tenemos de nosotros mismos como en la imagen que proyectamos al exterior.
Por ello, es fundamental que, tanto en el ámbito educativo como en el ámbito familiar, se tome conciencia de aquellas acciones que contribuirán positivamente a incrementar la autoestima y fortaleza mental del niño, hacia la superación de los retos que se le puedan presentar a lo largo de su vida.
En primer lugar, se deberá establecer un entorno que les ayude a que sean ellos mismos los que establezcan sus propias metas y objetivos, evitando una sobreprotección que puede influir en la generación de inseguridad hacia sus decisiones y actos.
Una vez dado este primer paso, será fundamental desarrollar un ambiente de comunicación fluida en el que se convierta en una práctica habitual ensalzar sus logros, ya que los niños necesitan una labor constante de refuerzo hacia aquellas cosas que hacen bien, para que estas prácticas se fijen en su comportamiento, fomentando el autodescubrimiento de sus propias cualidades.
Del mismo modo, deberemos enseñarles a que intenten sacar siempre una lectura positiva de sus “no éxitos”, para lo cual habrá que evitar aquellos comportamientos que puedan ser percibidos como un ataque hacia su persona, transformando nuestro enfoque hacia el desarrollo de una visión constructiva que permita al niño tomar conciencia y aprender de sus errores.
Por tanto, en la medida en que, tanto en el ámbito familiar como en el ámbito educativo, se fomente el desarrollo de la autonomía personal del niño, estaremos contribuyendo a potenciar su relación con los demás y, por encima de todo, con ellos mismos.