Continuando con el repaso que, desde el Instituto de Altos Estudios Especializados SERCA, estamos realizando sobre aquellos aspectos clave sobre los que debe asentarse el desarrollo de la innovación en el ámbito educativo, hoy queremos detenernos en el importantísimo papel que debe tener la adquisición y dominio de aquellas competencias relacionadas con los idiomas por parte del alumnado, como mecanismo para el crecimiento personal y profesional en un entorno tan globalizado para el actual.
Las competencias en idiomas son un claro ejemplo de los efectos y consecuencias que un modelo educativo ineficiente o poco ambicioso puede tener sobre la consecución de una vida adulta plena de la población, como se puede corroborar en las dificultades que encuentran los ciudadanos y ciudadanas de nuestro país para expresarse en una lengua extranjera, y que se manifiesta con meridiana claridad en todos los informes realizados por la Unión Europea en relación a la calidad de los distintos modelos educativos estatales.
Por ello, debemos tomar conciencia de que nos encontramos en un escenario en el que la consecución del bilingüismo funcional, o del trilingüismo en aquellos territorios que disponen de una lengua cooficial propia, debe ser considerada como un aspecto estratégico de primer orden, apostando por el establecimiento de aquellas metodologías que permitan el dominio, al menos, de una lengua extranjera para ofrecer a nuestro alumnado una apertura de miras que contribuya a la comprensión intercultural y a su máxima capacitación para desenvolverse, sin limitaciones, en un mundo globalizado.
Del mismo modo, estas metodologías deben primar el desarrollo de las competencias comunicativas del alumnado, incidiendo en la adquisición de aquellas habilidades que les permitan expresarse con normalidad en otra lengua, lo que incidirá en su interés futuro por mantener y complementar esta competencia a lo largo de su vida.