A lo largo de nuestros últimos artículos, desde el Instituto de Altos Estudios Especializados SERCA, hemos profundizado en las distintas actuaciones que se pueden llevar a cabo para estimular el desarrollo de las personas mayores en ámbitos tan necesarios para garantizar su calidad de vida como son el mantenimiento de sus capacidades cognitivas, motrices o emocionales.
Pero más allá de la importancia esencial de estos aspectos en relación a la consecución de un ‘envejecimiento activo’ lo más óptimo y provechoso posible, subyace un ámbito transversal y crucial para el bienestar de las personas mayores, que se retroalimenta de estos tres ámbitos y, a su vez, potencia el desarrollo recíproco de cada uno de ellos a través de la interacción con aquellas personas que componen su entorno. Estamos hablando de las actuaciones dirigidas al desarrollo de las capacidades sociales en la tercera edad.
En este sentido, será fundamental establecer los mecanismos necesarios para promover el desarrollo y mantenimiento de las relaciones personales de aquellas personas que se encuentran en su tercera edad, mediante la puesta en práctica de las siguientes actuaciones:
Incentivación cualitativa y cuantitativa de las relaciones interpersonales del individuo; a pesar de que la paulatina pérdida de aquellas capacidades y habilidades relacionadas con la autonomía personal de las personas mayores tiende a suponer una reducción de sus relaciones con aquellas personas que conforman su entorno cercano, es esencial animarles a que mantengan y afiancen estas relaciones, con objeto de mantener en contacto con otros miembros de la comunidad que forman parte de su propio colectivo, con similares preocupaciones y características personales.
Del mismo modo, en la medida en que se tome en consideración el protagonismo de las personas mayores como transmisores de sus conocimientos y experiencias a otras generaciones, aumentaremos su confianza en sí mismos y autopercepción como elementos útiles dentro de la sociedad.
Facilitación de aquellas herramientas que permitan superar sus conflictos interpersonales; es muy recomendable prestar atención a aquellos factores que pueden implicar la aparición de conflictos en las relaciones interpersonales de las personas mayores, ofreciéndole instrumentos que permitan relativizar la importancia de estos conflictos y superar los obstáculos que estos supongan para su estabilidad emocional.
Apoyar a aquellas personas que, por muy distintas causas, muestran una menor predisposición hacia el desarrollo de relaciones interpersonales; no se trata de forzar a aquellas personas que siempre han mostrado un carácter más introvertido o retraído para el desarrollo de relaciones interpersonales, sino más bien detectar qué entornos y actividades fomentan, en mayor medida, su interés y satisfacción personal, y contribuir a su participación en ellos de la forma más natural posible.