Profundizando en las características del TDAH. Tratamiento y apoyo

En nuestras dos últimas entradas hemos tratado de profundizar sobre distintos aspectos relacionados con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), explicando en primer lugar sus características principales, para pasar posteriormente a definir, de forma orientativa, aquellos aspectos que pueden ayudar a realizar un diagnóstico por parte de aquellos profesionales con capacidad médica para ello, dentro del ámbito de la neurología o neuropediatría.

Hoy vamos a completar esta información contemplando otro punto de gran interés, como es el tratamiento del TDAH y el apoyo de las personas que se encuentran en el entorno cercano del menor.

Al igual que en el caso del diagnóstico, hay que partir de la premisa de que el diseño del tratamiento que se debe llevar a cabo con una persona que presenta síntomas de Trastorno Por Déficit de Atención con Hiperactividad solamente puede ser determinado por un profesional médico especialista.

Así, deberá ser esta persona experta la que considere la idoneidad de iniciar una intervención terapéutica psicológica con el seguimiento de profesionales en psicopedagogía o, por el contrario, si considera preferible la utilización de fármacos específicos de forma controlada.

Asimismo, será el gabinete de neurología quién pueda establecer la participación o mediación de un equipo multidisciplinar que contribuya en el tratamiento y mejoría del paciente desde distintos ámbitos profesionales.

En este punto, se considera muy conveniente que el niño sea informado del trastorno que padece, aunque siempre adaptándolo a un lenguaje que pueda entender y asimilar conforme a su edad.

Además, hay que considerar la importancia fundamental que, para el éxito del tratamiento, tiene la implicación y participación de la familia, el personal docente y todas aquellas personas que estén en contacto directo con el menor.

Los progenitores deben tomar conciencia de que el TDAH no desaparece ni tiene cura, ya que no se trata de una enfermedad, sino que se trata de una condición del individuo que sí se puede controlar con un adecuado diagnóstico y atención. Este proceso de concienciación es esencial ya que estos son agentes generadores de cambio indispensables para la mejoría del menor en todos los ámbitos de la vida.

Por su parte, el personal educador y docente deberá contar con el pertinente asesoramiento en cuanto a las estrategias de evaluación a aplicar, con el fin de adaptarlas de forma específica a las características del niño con TDAH.

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