Para finalizar con este repaso al importantísimo protagonismo que la psicopedagogía ha tenido y está teniendo en el desarrollo de modelos y programas educativos dirigidos especialmente a la mejora de las oportunidades de aprendizaje de aquellos niños y niñas con dificultades de aprendizaje, hoy queremos analizar la estrecha relación existente entre esta rama del conocimiento y la psicología educacional.
La psicología educacional surgió durante el Siglo XX de forma análoga al desarrollo de la psicología general, con el objetivo de incorporar en el ámbito educativo los avances en la experimentación de los procesos de aprendizaje, el desarrollo del conocimiento en el desarrollo infantil y los estudios asociados a la aplicación de los procesos cognitivos en el ámbito escolar.
Si bien a principios del siglo pasado la psicología educacional no formaba parte de la formación superior del personal docente y educador, a partir de los años 50 aumentó su repercusión gracias a su capacidad para ofrecer un modelo científico de aproximación a los procesos educacionales.
La actuación en un contexto común, así como la similar orientación de la psicología educacional y la psicopedagogía hacia un mismo objetivo, ha llevado a una paulatina aproximación entre estas dos disciplinas, aunque manteniendo unas diferencias sustanciales en lo que se refiere a la perspectiva de observación del fenómeno objeto de estudio y los instrumentos más adecuados para la intervención sobre el mismo, ya que, mientras que la psicología educacional tiene una marcada influencia de las distintas teorías y escuelas de la psicología (piagetiana, vigotskiana, conductista, etc.), la psicopedagogía siempre ha estado asociada al análisis y diseño de las actuaciones más adecuadas para fomentar el desarrollo evolutivo del menor desde una óptica marcadamente educativa.
No obstante, cada vez es más acentuada la colaboración conjunta de personas expertas de ambas ramas en la creación de equipos multidisciplinares de apoyo educativo.