Una vez que en las dos entradas anteriores de este blog, desde el Instituto de Altos Estudios Especializados SERCA hemos llevado a cabo la conceptualización de las consideraciones generales y aspectos clave de la inteligencia emocional, en los siguientes artículos vamos a ir un paso más allá y establecer los elementos básicos para trabajar esta tipología de inteligencia durante la infancia y la preadolescencia del menor.
Pero antes de comenzar con las pautas que permiten facilitar el aprendizaje emocional del niño en las primeras etapas de su infancia, debemos tener presente, para concretar lo más posible la información que expondremos sobre este tema, la existencia de cinco formas de aprendizaje de la inteligencia emocional:
Aprendizaje por prueba y error; es la forma de aprendizaje de inteligencia emocional que se presenta con mayor frecuencia en las primeras fases de la vida del niño y, además, que ejerce un nivel más alto de influencia sobre la formación de su comportamiento.
Si bien la adquisición de inteligencia emocional mediante prueba y error va perdiendo fuerza conforme va avanzando el desarrollo evolutivo del niño, debido al incremento relativo del resto de métodos de aprendizaje, es posible observar su vigencia incluso a lo largo de la vida adulta, sobre todo en aquellos casos en los que nos encontramos ante situaciones que nos provocan emociones nuevas y desconocidas.
Aprendizaje por imitación; se trata del método de aprendizaje que presenta una mayor difusión y aceptación a nivel general, ya que la práctica totalidad de personas expertas en este ámbito confirman la incidencia en la definición del carácter del niño de la asimilación, tanto consciente como inconsciente, de las acciones y respuestas que pueden observar en su ámbito familiar y el entorno cercano.
Aprendizaje por identificación; el procedimiento de aprendizaje es similar al anterior, pero con la salvedad de que en este caso se toma como referente a aquellos individuos con los que el niño tiene unos lazos afectivos más fuertes, tales como aquellos miembros de la familia que el menor identifica como modelos o, una vez que avanza en su crecimiento, aquellas amistades que marcan su primera infancia.
Aprendizaje por asociación; esta tipología de aprendizaje emocional, muy habitual en la infancia, hace referencia a la adquisición de comportamientos a través de elementos que en un principio no provocan ninguna reacción emocional, pero con los que en un momento dado se produce una cierta asociación.
Aprendizaje por adiestramiento; se trata del método de aprendizaje emocional que presenta una mayor estandarización, ya que está relacionado con los valores culturales de una sociedad y la transmisión de ellos que se lleva a cabo, a través de criterios formales o informales, en el ámbito educativo.