Más allá de los trastornos de la conducta alimentaria con mayor presencia en nuestra sociedad actual, como son la Anorexia y la Bulimia Nerviosa, sobre los que hemos profundizado en anteriores entradas de este blog y respecto a los que existe una cada vez mayor concienciación para su detección y tratamiento precoz, es posible hablar de una amplia gama de trastornos que, a pesar de su menor notoriedad, también suponen un riesgo considerable para la salud.
Dejando para la última entrada de esta serie los trastornos de la conducta alimentaria no especificados, en nuestro artículo de hoy vamos a centrar nuestra atención, de forma individualizada, en lo que se ha dado en denominar Trastorno por Atracón.
El Trastorno por Atracón radica en la ingesta compulsiva y recurrente de alimentos. En este sentido tiene cierta similitud con la bulimia nerviosa, aunque en este caso no se producen conductas compensatorias como el vómito autoinducido o el abuso de laxantes y diuréticos.
Por tanto, el Trastorno por Atracón suele estar asociado a la existencia de obesidad o sobrepeso, lo que implica un aumento en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o asociadas a desequilibrios del organismo, como diabetes, colesterol, etc. Además, es bastante habitual que este trastorno este relacionado con la existencia de cuadros de depresión.
Entrando en detalle, podemos hablar de la existencia de un Trastorno por Atracón cuando estos episodios se repiten, de forma recurrente, con una frecuencia aproximada de dos veces por semana durante seis meses y si en la persona objeto de supervisión se observan al menos tres de las siguientes conductas:
- Comer muy deprisa.
- Comer hasta que comienza a sentirse mal.
- Comer aun en aquellos casos en los que no tiene sensación de hambre.
- Comer en soledad.
- Presentar habitualmente sensación de culpabilidad después de comer.
Dada la peligrosidad asociada a este trastorno de la alimentación, es fundamental llevar a cabo una detección precoz del mismo, posibilitando así tomar las medidas preventivas y el tratamiento necesario para su superación, que se desarrollará a partir de las siguientes actuaciones:
- Valoración del índice de masa corporal del paciente y análisis de la idoneidad de llevar a cabo medidas para la reducción de su peso.
- Establecimiento de medidas directas y de apoyo para la consecución de dicha reducción, en caso de que se estime conveniente.
- Monitorización de la dieta a seguir, estableciendo los objetivos de pérdida de peso a conseguir cada semana.
- Realización de medidas de acompañamiento, como la reeducación nutricional y el apoyo psicológico en caso de que se considere necesario.