Trastornos del lenguaje en la infancia y la adolescencia. Cuando el niño tiene problemas al hablar (2)

trastornos_del_lenguaje_habla_mal

Una vez que en nuestra anterior entrada pusimos de manifiesto la existencia de diversos trastornos del lenguaje que influyen, en mayor o menor medida, en la capacidad de expresión del niño durante su infancia y adolescencia, ofreciendo además un resumen de los elementos que caracterizan uno de ellos, la Disfonía, hoy vamos a continuar con este repaso, ofreciendo los aspectos más relevantes de la Disfemia, la Disartria, la Dislalia y el Trastorno prosódico.

Disfemia; se conoce coloquialmente como ‘tartamudez’, si bien este término actualmente tiene un cierto aire peyorativo.

No es realmente un trastorno del lenguaje, sino más bien un trastorno de la comunicación, que se manifiesta en la existencia de deficiencias o problemas para expresarse con fluidez a causa de interrupciones involuntarias del habla, que suelen acompañarse de cierta tensión muscular en la cara y el cuello, además de cuadros de miedo y estrés.

En este sentido, es preciso valorar si se trata de un caso de Disfemia o, por el contrario, debemos hablar de la existencia de un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) o de la presencia de tics motores y vocales asociados al Síndrome de Tourette.

El tratamiento logopédico de la Disfemia es bastante largo y requiere de un gran esfuerzo por parte del niño, así como de unas elevadas dosis de comprensión y aceptación dentro de su entorno familiar y educativo.

Disartria; consiste en un trastorno neuromuscular que altera de forma global las capacidades articulatorias imprescindibles para la expresión oral del niño, normalmente asociado a una parálisis cerebral, incidiendo de forma directa en el empleo y control de los músculos de la boca, la lengua, la laringe o las cuerdas vocales.

Dadas las causas de este trastorno del habla, su tratamiento debe tener un marcado carácter multidisciplinar, para incidir y actuar sobre el mismo desde distintos ámbitos (logopédico, neurológico, fonoaudiológico, kinesiológico y fisioterapéutico).

Dislalia; es lo que se conoce en el lenguaje coloquial como ‘frenillo’, y consiste en la dificultad o error en la articulación específica para la pronunciación de diferentes sonidos o fonemas, normalmente consonantes.

Suele deberse a una función anómala de los órganos periféricos sin que se aprecie una lesión o malformación de los mismos, por lo que suele tener un carácter transitorio.

En el caso de que la Dislalia tuviese un carácter orgánico estaríamos hablando, más bien, de un caso de Disartria, mientras que, si está asociado a anomalías o malformaciones específicas de los órganos del habla, como los labios, la lengua o el paladar, nos encontraremos ante un trastorno del lenguaje denominado Disglosia.

Trastorno prosódico; radica en la existencia de un trastorno en la entonación o el ritmo del habla del niño, muy habituales en aquellos menores que presentan un Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) o un Trastorno del Espectro Autista, en especial en aquellos con Síndrome de Asperger.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.