¿Qué incita a las personas a elegir un producto u otro en el momento de la compra?
¿Sabías que elementos como el color, el olor, el diseño o el precio, influyen en la confianza y el vínculo que crean las personas con las marcas?
Hoy, en el blog, hablamos sobre el estudio del neuromarketing y las emociones, y cómo influyen en el comportamiento de compra del consumidor.
Podemos definir neuromarketing, como el estudio del comportamiento del consumidor dentro del proceso de compra, para así descubrir los deseos y necesidades de este, y cubrirlas con productos y servicios.
Basándose en cómo es la conducta del consumidor, el neuromarketing, trata de encontrar técnicas que mejoren la estrategia de marketing de una marca para, por ejemplo, aumentar el número de ventas de un producto.
Pero, ¿De dónde viene el neuromarketing? Como bien podemos deducir, la palabra es la fusión de neurociencia y marketing, pero esta disciplina bebe mucho también de otras ramas como, por ejemplo, la psicología.
Y es que, el neuromarketing mide el comportamiento del consumidor a través de tres áreas que también trata la psicología:
Vamos a profundizar un poco más sobre las emociones.
¿Sabías que el 60% del comportamiento de un consumidor puede predecirse a través de sus emociones?
Pues sí, el proceso de compra, en la mayoría de los casos, no es nada racional, sino emocional. Podemos decir que “pensamos con el corazón”.
Por eso, el marketing emocional busca captar la atención a través de las emociones del consumidor, creando así un vínculo con la marca. Gracias al neuromarketing podemos llegar a saber cómo el consumidor actúa, siente y piensa a la hora de hacer una compra de un producto o adquirir un servicio.
Esta disciplina bebe de las neurociencias y el marketing para comprender mejor a los consumidores, a través del estudio del impacto de la publicidad en estos.
La experiencia del usuario es casi más importante que la calidad del producto en sí. Las marcas buscan fidelizar a los clientes para crear una relación duradera en el tiempo, y que la compra se convierta en algo recurrente.
Para eso hace falta conectar con ellos y venderles más que un producto, una experiencia. Una experiencia que genere emociones en ellos.
Las emociones crean una relación afectiva entre el cliente y la marca, que hace que la posibilidad de venta aumente.
Piénsalo. Al final, ¿Qué hace que elijas entre beber una Coca-cola o el mismo refresco de marca blanca? Coca-cola, se ha afianzado como marca, no sólo por su sabor, sino porque. a lo largo del tiempo, te ha ido vendiendo experiencias y emociones.
Como hemos dicho antes, al final, la mayor parte de nuestras decisiones a la hora de comprar un producto, están guiadas por nuestras emociones.
De hecho, muchas veces, compramos un producto buscando esa satisfacción o emoción positiva que nos produce. Por lo tanto, eso que sentimos, es lo que nos motiva a realizar la compra.
El Marketing Emocional quiere conocer y comprender el nivel de atención que muestran las personas a los diferentes estímulos de marketing. Así, podemos saber cómo es el comportamiento del cerebro del consumidor en el proceso de la compra.
El Neuromarketing, a través de la neurociencia, nos abre entonces un nuevo camino lleno “de emociones” que nos sirve para acercarnos y conocer más a nuestro consumidor y crear un vínculo con él, que sea duradero en el tiempo.
La principal ventaja del neuromarketing es que, gracias a que podemos predecir la conducta del consumidor a través de sus estímulos y emociones, las empresas pueden crear, diseñar y publicitar productos que encajan más con las necesidades del cliente.
Además, especificando más, en el neuromarketing encontramos numerosas ventajas que mejorarán nuestra relación con el cliente:
Ahondando un poco más en el concepto de marketing sensorial, podemos decir que existen tres tipos de neuromarketing:
Como bien indica, se basa en la parte que el consumidor ve. Seguro habrás escuchado muchísimas veces eso de que “Una imagen vale más que mil palabras”. Pues esta rama estudia entonces cómo reaccionamos a determinados colores, tamaños o diseños de un producto.
También aquí se analizan y ponen en práctica técnicas como utilizar palabras como “gratis”, “oferta” o usar descuentos y precios acabados en 0,99.
En este caso, este tipo de marketing, estudia cómo reacciona el cerebro ante determinados estímulos auditivos, o lo que es lo mismo, a lo que escuchamos.
El jingle de un anuncio, un silencio cuando tenemos la publicidad de fondo en la televisión, incluso la música que tienen puesta en una tienda física o un centro comercial está estudiada para propiciar la compra del usuario.
En este tipo de neuromarketing entran en juego otros sentidos como el olfato, el tacto o el gusto y las sensaciones que nos provocan estos.
Por ejemplo, se utiliza en el sabor de un producto o, al igual que pasa con la música, el olor que tiene una tienda cuando entramos en esta.
Si has estudiado Psicología, sabrás que las emociones están presentes en muchos ámbitos de la vida, incluso, como acabas de leer, en el proceso de compra.
Hay productos que se compran por necesidad, y otros en los que la compra está principalmente motivada por una emoción positiva. Es por esto que las marcas utilizan en sus estrategias de marketing discursos emotivos que nos lleguen, más que a nuestro cerebro, al corazón.
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