Los tiempos cambian y las personas también. Nos volvemos más cómodos, menos conformistas, tenemos más ansiedad, menos paciencia y muchas más casuísticas, ¿verdad?
Esto también es algo que sucede en el ámbito de la psicología… vivimos en una situación atípica en la que la pandemia ha jugado una mala pasada. No queremos tener contacto físico con las personas y menos, ir a la casa / consulta de una tercera persona, por ello, es necesaria la figura del psicólogo online.
La principal diferencia entre el psicólogo online y el presencial reside en el modo de dar la terapia, es decir, a través de las tecnologías de la información y de la comunicación. Los servicios ofrecidos pueden ser los mismos, aunque existe una desventaja del modelo online, la comunicación no verbal. Es más difícil que el psicólogo pueda fijarse en la manera de expresarse, las manos, la mirada, los nervios e inquietudes de esa persona.
Aun así, los beneficios de asistir a una terapia online, son más mayores que los inconvenientes:
Existen casos concretos en los que es más conveniente acudir a una terapia online, por ejemplo:
En la actualidad, existe mucha desconfianza en cuanto a la terapia online ya que se piensa que no es tan efectiva y se tiene el pensamiento de que el profesional del ámbito, no va a realizar un buen diagnóstico.
Con este post no queremos decir que sea más efectiva una terapia online, sino que existen casos y grupos de personas que se sienten más cómodas de forma online.
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