“La salud mental materna importa”. Este ha sido el lema elegido este año para el Día Mundial de la Salud Mental Materna, que se celebra el primer miércoles de mayo de cada año.
Durante el embarazo la madre presenta cambios tanto físicos, como emocionales y hormonales. Estos últimos, provocan en la mujer una mayor posibilidad de que padezca algún trastorno psicológico, que puede ir desde el estrés, a la ansiedad o la depresión posparto.
Los problemas de salud mental materna pueden aparecer en el momento en el que ésta tiene un fuerte deseo por tener un bebé, durante los nueve meses de embarazo o tras el parto, dando lugar a problemas como la tristeza puerperal o la conocida depresión posparto.
¿Qué es la depresión posparto?
Todo el mundo espera que la llegada al mundo de un bebé, venga acompañada de toneladas de felicidad para la madre. Sin embargo, la realidad es otra. Alrededor del 25% de las mujeres tiene problemas de salud mental durante el embarazo y el posparto.
Durante el embarazo, la mujer tiene los niveles hormonales de estrógeno y progesterona por las nubes, que tras dar a luz vuelven a estabilizarse, lo que puede provocar desajustes en el sueño de la madre, irritabilidad o ganas de llorar constantes.
La depresión posparto es más común de lo que pensamos. Esta puede empezar tras un periodo de tristeza bastante habitual tras el parto, denominado en inglés como “baby blues”.
Este sentimiento de tristeza o melancolía posparto normalmente desaparece a las dos semanas del parto. El problema llega cuando este periodo se alarga en el tiempo y empeora.
La depresión posparto es un trastorno mental severo que provoca un sentimiento de profunda tristeza en la mujer durante los primeros meses tras dar a luz, y que hace que la madre pierda el interés en las actividades cotidianas. Puede prolongarse hasta un año.
Existe un estado más grave, que es denominado como psicosis posparto, en el que la madre puede escuchar voces, tener alucinaciones o ideas irracionales sobre el bebé.
La maternidad es un momento muy importante en la vida de la mujer y en el que se espera mucho de ella como madre.
Sentirse triste en un momento en el que la mujer se supone que debe sentirse eufórica y feliz, es doloroso. Todo se pinta color de rosa pero, al final, la llegada de un recién nacido influye en muchos ámbitos de la vida de la mujer, desde su estado físico, hasta el plano emocional y social.
Por eso, muchas mujeres no quieren contar cómo se sienten por miedo al rechazo. No obstante, la salud mental materna es súper importante.
Síntomas de la depresión posparto
La madre con depresión posparto, además de sentir una tristeza profunda puede tener otros síntomas que afectan a la salud mental, tales como:
- Ansiedad
- Ganas de llorar continuas
- Pérdida de apetito
- Desajustes en el sueño
- Cansancio y falta de energía
- Inquietud, irritabilidad y cambios de humor
- Soledad
- Problemas de concentración
- Pérdida de interés por el bebé o, por el contrario, cuidado extremo del niño
- Sentir que es mala madre
- Desesperanza al pensar que la situación no mejorará
- Aislamiento social
- Dificultad para relacionarse con su bebé
Causas de la depresión posparto
La presión que siente la madre, sobre todo si es primeriza, es una de las causas de la depresión posparto.
Existen diversos factores que pueden afectar a la salud mental materna y ocasionar depresión posparto:
- Cambios hormonales. Disminución de estrógenos y progesterona.
- Estrés.
- Economía.
- Edad.
- Multiparidad.
- Antecedentes familiares con depresión.
- Violencia de género.
- Embarazo no deseado o actitudes negativas hacia este.
- Miedo al parto y a la lactancia.
- Mala actitud física.
- Baja autoestima, generada por los cambios físicos.
Cómo tratar la depresión posparto y otros problemas de salud mental materna
No tratar la salud mental materna, puede ser muy perjudicial para la madre, para el bebé y para su entorno en general.
De hecho, la depresión posparto de la madre, puede perjudicar el desarrollo infantil, ya que, durante el primer año de vida, es muy importante la presencia de la madre en la vida del niño. Cuando la madre no puede cuidarse a sí misma, tampoco puede cuidar del bebé.
Lo mejor en estos casos es acudir a terapia para tratar la depresión. En algunos casos, puede llegar a ser necesario el uso de antidepresivos.
La alimentación, el descanso y el apoyo emocional son muy importantes en este momento en el que el niño requiere toda la atención de la madre. Hay que centrarse en lo positivo. La maternidad es un momento muy bonito. Hay que dejar atrás el concepto de “supermamá” y disfrutar de este momento.